El nuevo consumidor

En las últimas décadas, la globalización y la irrupción de internet han ido moldeando de manera paulatina los hábitos de consumo, pero pocas veces han cambiado tan deprisa como en estos tiempos de Coronavirus. Durante el confinamiento, los hogares han gastado un 26% más en productos de gran consumo, han reducido de manera notable el gasto en ocio y restauración, así como las visitas al supermercado, aunque la cesta de la compra ha aumentado de media un 37%, según datos ofrecidos por la consultora Kantar.

Las marcas han tenido que cambiar sus modos de trabajo tradicionales y adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores de un día para otro. No cabe duda que vivimos en una época de transformación para los profesionales de diversos sectores. Hoy es más importante que nunca asegurarnos que las marcas están respondiendo y comunicando a los consumidores de una manera eficaz y sobre lo que realmente les importa. La pandemia ha modificado significativamente el comportamiento de los consumidores y sus expectativas sobre las marcas. El 83% de los consumidores han visto reducidas sus horas trabajadas durante la crisis sanitaria, y como resultado, el 64% de los consumidores españoles ha modificado sus hábitos de compra online, priorizando la adquisición de productos de primera necesidad. A continuación, se detallan los puntos clave que han cambiado a los consumidores:

  • Internet se ha convertido en la tienda por excelencia

En los últimos meses se han roto ciertos tabúes con respecto a la compra de la alimentación online. La reticencia de comprar productos frescos ha desaparecido ya que el consumidor ha experimentado sus beneficios. Una cifra que lo demuestra es que en el mes de abril aumentó un 40% los compradores que hacían sus compras online.

Además, el confinamiento ha provocado que la población mayor de 60 años, que solía comprar menos compraba por internet, es la que más ha necesitado hacerlo al ser los más vulnerables a la enfermedad, lo que inducirá a muchas personas de este sector poblacional a continuar haciéndolo.

  • La confianza como factor clave para ir a la tienda

Pese a todo, el consumidor también seguirá acudiendo a las tiendas, tanto a las grandes superficies como a los pequeños comercios de proximidad. A las tiendas de barrio les ayudará contar con la confianza previa de la gente y ofrecer un espacio que no presenta aglomeraciones de gente. Este comercio de proximidad se ha reinventado porque muchos establecimientos han implementado nuevos canales online y telefónicos para la realización de pedidos a distancia, reparto a domicilio o recogida en tienda.

El consumidor post covid es más sensible al precio, más racional y se informa mejor sobre el producto antes de realizar la compra ya que, minimizará el tiempo que pase en la tienda.

  • Auge de las marcas blancas

Otra tendencia detectada, y que se deriva de la crisis económica y la pérdida de capacidad económica de los consumidores, es un aumento de los productos de marca blanca por la buena relación calidad-precio que ofrece en muchos casos, así como, decantarse por ofertas y descuentos. Además, de inclinarse la balanza hacia lo referente a una cocina más saludable y elaborada tras meses de confinamiento en casa. Igualmente, el informe de Kantar concluye que la mitad de los consumidores se muestran predispuestos a continuar buscando productos sostenibles, una tendencia que, no obstante, ya estaba en proceso antes de la pandemia.

  • El pago en efectivo, en peligro de extinción

Otro cambio de tendencia claro y derivado del miedo al contagio y la voluntad de minimizar riesgos es el pago por tarjeta cada vez más unánime. Según datos del banco móvil N26, la retirada de efectivo en España cayó un 68 % durante el mes de marzo, en el inicio del confinamiento. De hecho, esta es la primera crisis en la que la demanda de efectivo disminuye en lugar de aumentar.

Se trata de un hábito que podría ser beneficioso para aumentar las ventas ya que está demostrado que el uso del pago con tarjeta incrementa el grado de impulsividad y el gasto medio de cada ocasión de compra.

En definitiva, el nuevo consumidor moldeado por la pandemia y la experiencia del confinamiento es menos reticente, independientemente de su edad, a comprar por internet, más partidario de las marcas blancas, vuelve al pequeño comercio y paga con tarjeta. Pero por encima de todo, será un consumidor más digitalizado e informado a la hora de hacer su elección.

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